Que los social-demócratas, contra quienes dirigió Mariátegui explícitamente su crítica, no se hayan interesado por él sorprende menos, particularmente cuando se sabe que ellos, cuando todavía aparecían como los herederos de Marx y Engels, ni siquiera hicieron accesible la herencia literaria de éstos. Comprender históricamente este doble cerrojo pertenece a los muchos pasos que hoy es necesario dar para irnos “acercando cada vez más a nosotros mismos”: Nuestro autodescubrimiento será fomentado a través del hecho que descubramos el eurocentrismo como barrera para los otros. Naturalmente no hay ninguna razón para preferir el sinocentrismo o cualquier otro centrismo. La cultura marxista mundial se realiza sin centro, en su pluralidad de centros, o bien se aferra, a su manera, en la barbarie.
Leer artículo completo en PDF (buscando dentro de esta página artículos en idioma español)